La impresión 3D o fabricación y/o manufactura aditiva, es el proceso de hacer objetos sólidos tridimensionales desde un archivo digital, fabricados habitualmente capa a capa hasta dar una forma definitiva al objeto/herramienta que se está construyendo.  Aunque en ocasiones los tiempos de fabricación pueden llegar a ser largos,  en innegable que tiene tres ventajas: la primera,  es que puede hacer figuras que no se podrían elaborar de otra manera; la segunda, es que casi no se generan residuos; y la tercera, la practicidad  para  maquinar las piezas de testeo de forma muy sencilla. 

La robótica ha eficientado tiempos y fiabilidad en muchos procesos, como el paletizado o pintado (spraying), pero también pueden ser utilizados como diseñadores tridimensionales. De esta  manera, no solo tenemos un equipo capaz de realizar labores industriales, si no que al mismo tiempo, podemos crear modelos o test de piezas que se piensan implementar en la línea, utilizando el mismo robot y adaptando tool changers completamente fuera de lo estandarizado

Dicho esto, es importante tomar en cuenta que, los brazos de los robots industriales pueden ser utilizados como una impresora 3D de 3 ejes o como una impresora 3D de 5 ejes. 

“Para algunas industrias, la impresión 3D puede llegar a verse como algo no convencional, sin embargo hoy se está  viendo una fuerte migración a la manufactura aditiva ganando terreno en la producción de piezas funcionales.  Cada vez, se requieren producciones más altas pero más personalizadas.” comenta Javier Ortiz, Director General de RoboTraining México. “Por ejemplo, en el área industrial, en conjunto con la robótica,  esta tecnología puede ser implementada para desarrollar las garras del robot, en los grippers y en otras piezas que van sufriendo desgaste por su uso.” añadió. 

Entre los muchos beneficios que esta tecnología nos da es la capacidad de llevar objetos en formato digital al mundo del 3D, así como incorporar nuevos materiales de fabricación y a la medida, así como hacerlo de manera más precisa y con un gran ahorro de costos.  Sin duda, esta es una tendencia en crecimiento, pues en el pasado 2020, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) estimó que un 70% de la producción mundial de piezas para la industria automotriz y aeronáutica se fabricarán con tecnología aditiva. Si bien esta tecnología no sustituye por completo a la manufactura tradicional, sí se prevé que las empresas inviertan aún más recursos en el desarrollo de nuevas aplicaciones y técnicas. Especialistas comentan que en un futuro cercano llegará el ensamblaje automatizado donde habrá combinaciones de piezas de metal con piezas de plásticos hechos en 3D  a medida que aumenta la automatización, existe una visión de la industria para una configuración de ensamblaje más automatizada, donde haya acceso a la producción de piezas de metal y plástico simultáneamente.